CORTIJO LAS ANGULAS
MUNICIPIO
FLAVIO ONINGITANO (ONINGI):
Plinio menciona en el
párrafo 12 del libro III de su Historia Natural, entre otras ciudades, a
Ventipo, Munda, Marruca y Oningi.
La identificación de
las ciudades que Plinio recoge en su obra se complica por la aparición de
varias ciudades con mismo nombre (homónimas), así como la falta de apoyo
epigráfico en las que apoyarse para elegir el lugar concreto para cada uno de
los lugares citados.
En el caso de Oningi,
la única prueba existente que aludía al locativo onincitanus, hasta finales de
los años 60, era una lápida cuya referencia recopiló Hübner en el siglo XIX. De
ella derivaría la citada Oningi de Plinio, ciudad estipendiaria perteneciente
al Conventus Astigitanus.
Por esas fechas apareció
una segunda lápida, en el Cortijo “Las
Angulas” de Casariche, al norte de La Atalaya.
Este epígrafe fue
estudiado y analizado por José María Luzón en 1968, en su obra titulada “EL
MUNICIPIO FLAVIO ONINGITANO Y LA GÉNESIS DE UN EPÍGRAFE”.
M.CAECILIVS.L.F.QVIR.SE
VERVS.ANNOR.LV.PIVS.IN
SVIS.H.S.E.S.T.T.L.HVIC.ORDO.M.F
ONIGIT.AN.I.DEC.R.LAVDATIONEM.LO
CVM.SEPULTURAE.FVNERIS.IMPEN
SA
EXEQUIAS.PVBLICA.STATUA
Se trata de un
ciudadano romano de nombre Marcus Caecilius Severus, muerto a la edad de
cincuenta y cinco años en el Municipio Flavio Oningitano. En la inscripción no
se alude a ningún cargo de carácter local que justifique los honores con que
fue enterrado. Posiblemente se trate de un benefactor de la ciudad, a quien
ésta, agradecida, regala su sepultura y le costea las exequias y la elevación
de una estatua.
El locativo que
menciona es el locativo Municipio Flavio Oningitano, es decir, Oningi, que debe
situarse en los alrededores, y no lejos del lugar de la sepultura, puesto que
fue el orden de los decuriones de dicha ciudad el que decretara el
enterramiento. Ello hace pensar que la lápida debió ser trasladada de un lugar
próximo, lugar donde se hallen los restos arqueológicos de Oningi.
Diferentes opciones han
sido planteadas, como la recogida por el arqueólogo Luis Alberto López Palomo,
director de la excavación de Fuente Álamo, que la ubica en la Villeta de las
Mestas (Aguilar de la Frontera-Córdoba-), sumergida en la actualidad por las
aguas del pantano de Cordobilla.
El lugar exacto del
hallazgo carece de vestigios superficiales que denoten la presencia del solar de una urbe
desaparecida (se ignoran los que pudieran haber en el subsuelo), pero el
emplazamiento del mismo sí es óptimo para una ciudad, ya que en sus
proximidades se encuentran los restos, entre otros, de Ostipo, Ventipo, Olaura.
Por lo tanto no sería
descabellado pensar que los restos del antiguo Municipio Flavio Oningitano,
cuyo epígrafe data de finales del siglo II o principios del III d.C., se
encuentre en algún punto de término municipal de Casariche.
MUNICIPIO
FLAVIO ONINGITANO (ONINGI):
Plinio menciona en el
párrafo 12 del libro III de su Historia Natural, entre otras ciudades, a
Ventipo, Munda, Marruca y Oningi.
La identificación de
las ciudades que Plinio recoge en su obra se complica por la aparición de
varias ciudades con mismo nombre (homónimas), así como la falta de apoyo
epigráfico en las que apoyarse para elegir el lugar concreto para cada uno de
los lugares citados.
En el caso de Oningi,
la única prueba existente que aludía al locativo onincitanus, hasta finales de
los años 60, era una lápida cuya referencia recopiló Hübner en el siglo XIX. De
ella derivaría la citada Oningi de Plinio, ciudad estipendiaria perteneciente
al Conventus Astigitanus.
Por esas fechas apareció
una segunda lápida, en el Cortijo “Las
Angulas” de Casariche, al norte de La Atalaya.
Este epígrafe fue
estudiado y analizado por José María Luzón en 1968, en su obra titulada “EL
MUNICIPIO FLAVIO ONINGITANO Y LA GÉNESIS DE UN EPÍGRAFE”.
M.CAECILIVS.L.F.QVIR.SE
VERVS.ANNOR.LV.PIVS.IN
SVIS.H.S.E.S.T.T.L.HVIC.ORDO.M.F
ONIGIT.AN.I.DEC.R.LAVDATIONEM.LO
CVM.SEPULTURAE.FVNERIS.IMPEN
SA
EXEQUIAS.PVBLICA.STATUA
Se trata de un
ciudadano romano de nombre Marcus Caecilius Severus, muerto a la edad de
cincuenta y cinco años en el Municipio Flavio Oningitano. En la inscripción no
se alude a ningún cargo de carácter local que justifique los honores con que
fue enterrado. Posiblemente se trate de un benefactor de la ciudad, a quien
ésta, agradecida, regala su sepultura y le costea las exequias y la elevación
de una estatua.
El locativo que
menciona es el locativo Municipio Flavio Oningitano, es decir, Oningi, que debe
situarse en los alrededores, y no lejos del lugar de la sepultura, puesto que
fue el orden de los decuriones de dicha ciudad el que decretara el
enterramiento. Ello hace pensar que la lápida debió ser trasladada de un lugar
próximo, lugar donde se hallen los restos arqueológicos de Oningi.
Diferentes opciones han
sido planteadas, como la recogida por el arqueólogo Luis Alberto López Palomo,
director de la excavación de Fuente Álamo, que la ubica en la Villeta de las
Mestas (Aguilar de la Frontera-Córdoba-), sumergida en la actualidad por las
aguas del pantano de Cordobilla.
El lugar exacto del
hallazgo carece de vestigios superficiales que denoten la presencia del solar de una urbe
desaparecida (se ignoran los que pudieran haber en el subsuelo), pero el
emplazamiento del mismo sí es óptimo para una ciudad, ya que en sus
proximidades se encuentran los restos, entre otros, de Ostipo, Ventipo, Olaura.
Por lo tanto no sería
descabellado pensar que los restos del antiguo Municipio Flavio Oningitano,
cuyo epígrafe data de finales del siglo II o principios del III d.C., se
encuentre en algún punto de término municipal de Casariche.
Lápida conservada en el Museo de Puente Genil. |
[1] EL MUNICIPIO FLAVIO ONINGITANO Y LA GÉNESIS DE UN EPÍGRAFE- José María Luzón –1968-Archivo español de arqueología,41.
Casariche. Un paseo por nuestra Historia.
©Francisco Estepa López
Es propiedad del autor. Todos los derechos reservados.
Casariche. Un paseo por nuestra Historia.
©Francisco Estepa López
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