Agradecimiento a D. José Herrera Rodas

D.José no era mi maestro titular de Historia en el Colegio Público Lope de Vega de Casariche, pero un bendito día entró en mi clase y repartió tres folios impresos por alumno. Sinceramente no recuerdo si fué en septimo u octavo de la E.G.B., es decir, en el curso 1992/93 o 1993/94. Por lo tanto yo contaba con 12 o 13 años. Ese texto lo leí, y releí innumerables veces, con gran entusiasmo. Despertó en mi una gran curiosidad. Yo quería saber más y más. 

 Se me vinieron a la mente unas imágenes, que algunos podrán decir que con 4 años es imposible de recordar, pero recuerdo que con cuatro años y medio mi padre me subió a su moto y llegamos a lo alto de un cerro, en mitad del campo, junto a la carretera. Y allí estaba Paris, con su manzana de Oro, ofreciéndola a la más hermosa de las Diosas allí presentes. Me vinieron los recuerdos de mi vecino Manuel, padre de Isabel y Francisco, sentado en su silla de anea, tomando el fresco en la puerta de su casa, hablándome de los tesoros de "los moros", de Las Cuarenta, de La Atalaya, del Cerro Bellido, con la mirada ojiplática de un niño haciendo uso de su inocente imaginación. 

 Recuerdo a uno de mis hermanos, Rafa, usando una máquina de escribir sobre la mesa del salón en casa de mis padres, y en esos folios había contenido histórico de Casariche. Y a otro de mis hermanos, Miguel, con el que durante unos años fui monaguillo en la Parroquia Ntra. Sra.de la Encarnación de Casariche, con Don Pedro, y al cual insultaron y amenazaron con pintadas en la fachada del edificio. Recuerdo un grupo de Monaguillos, de edades diferentes, andando por las vias del tren, contando historias. Otras veces subíamos al Cerro Bellido a lanzar piedras al ombligo de la Reina. O nos plantábamos en la Atalaya para meternos en la galería subterránea. A veces me dejaban colgado en las sogas de las campanas, o me montaban sobre el caballo de Santiago Matamoros (sin moro y sin lanza). Y esas escapadas con Don Pedro a Estepa, a las monjas, a los frailes y a Santa Maria, en estado ruinoso y las imágenes tapadas con sábanas (éste se llama como tu hermano, Pedro). 

 Con 12 o 13 años ya contaba con una experiencia, una base, lo cual ayudó a que el texto que Don José Herrera nos regaló fuese eso, un gran regalo, y siempre le estaré eternamente agradecido. Ese gusanillo por querer saber más y más sobre nuestra Historia y Arqueología aún perdura. Aún me causa admiración e ilusión, aunque con el paso de los años me haya encontrado con personas míseras, ingratas, y con amigos de lo ajeno, que en éste tema que estoy tratando me han hecho mucho daño, pero el tiempo pondrá a cada cual en su lugar. Volviendo a clase, Inma Arroyo llevó y mostró unas fotos del mosaico Juicio de Paris, complementando la información aportada por D. José Herrera. 

 Con sobres, sellos, dedicando tiempo y muchas ganas inicié una ardua investigación, y en 1998 hice buscar a Mendoza los negativos de las fotos que hizo en 1985, me reveló las que más me gustaron, y le pedí la debida autorización para que por primera vez fuesen publicadas por Internet, y ese mismo año vio la luz mi primera autopublicacion "Ventippo-Tesoro Romano" (con algunos errores de novato).

 Cuando otros Archivos e instituciones me han abierto las puertas, y me han ayudado todo lo posible, en mi pueblo,Casariche, me las han cerrado una y otra vez, sin explicación alguna, con excusas, y de malas formas. Se salva el actual párroco Don Antonio, que las veces que le he pedido ayuda, me la ha ofrecido, y no se la he pedido más por no abusar de su cortesía; y Loli. 

 Aunque no te gusta el Don, para mí siempre serás Don José Herrera Rodas. Todo mi respeto y admiración. GRACIAS.

















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